En medio del asfalto y el ruido urbano, un respiro puede estar a menos de 15 minutos de distancia. Un estudio internacional reciente confirmó que incluso paseos cortos por parques, plazas o jardines mejoran el ánimo; reducen la ansiedad y potencian la energía. Para los jóvenes, el contacto con la naturaleza urbana puede marcar la diferencia en la salud mental y en la calidad de vida cotidiana.

Investigadores de la Universidad de Leiden, Stanford, Harvard y del Estado de Michigan analizaron casi seis mil casos en ciudades de todo el mundo, y publicaron sus hallazgos en la revista Nature Cities. Evaluaron distintos tipos de espacios verdes y comprobaron que todos tienen efectos positivos, aunque los bosques urbanos se destacan por reducir la ansiedad y la depresión, mientras que parques y jardines aumentan la vitalidad y la concentración.

Anne Guerry, directora del estudio, explicó que este trabajo ayuda a llenar vacíos de investigaciones anteriores, al demostrar cómo la naturaleza afecta el bienestar de forma diferenciada según el tipo de entorno y la duración de la exposición.

Jóvenes y naturaleza

Los beneficios son aún más visibles en menores de 25 años, grupo en el que suelen aparecer los primeros problemas psicológicos. Caminar, sentarse o simplemente estar en contacto con árboles y plantas produce mejoras inmediatas en el ánimo, incluso más que el ejercicio físico, aunque ambos generan sensaciones positivas.

El estudio propone medidas simples que pueden aplicarse en cualquier ciudad:

- Crear “parques de bolsillo” en cada barrio.

- Plantar más árboles en calles y plazas.

- Incluir ventanas con vista a zonas verdes.

- Promover meditaciones guiadas al aire libre.

Además de mejorar la salud mental, estas intervenciones ayudan a bajar la temperatura urbana y capturar carbono, lo que beneficia también al ambiente.

La investigación confirma algo que muchos sienten sin necesidad de estudios: la naturaleza nos hace bien, incluso en dosis breves. Con sólo 15 minutos entre árboles, la ciudad deja de ser un obstáculo y se convierte en un aliado para el bienestar. El desafío ahora es garantizar que todos los barrios y ciudades tengan acceso a estos espacios verdes porque un poco de naturaleza puede cambiar mucho más que estado de ánimo.